La musicoterapia para niños se utiliza como forma de expresión. No se trata de una terapia per se, sino que ayuda a los más pequeños a desarrollar sus habilidades comunicativas. Este tipo de terapia es muy útil cuando se emplea con niños con TDAH, TEA, así como otros trastornos relacionados con la comunicación. Así pues, si quieres saber más en que consiste la musicoterapia y qué beneficios tiene en los más pequeños, sigue leyendo. Y recuerda que puedes especializarte en este ámbito a través del doble máster en musicoterapia y pedagogía Montessori.
Índice de contenidos
¿En qué consiste la musicoterapia para niños?
La musicoterapia para niños es un tipo de terapia enfocada a mejorar las habilidades sociales y comunicativas de los pequeños a través de la música. Durante esta terapia, los niños hacen uso de sus sentidos para mejorarlos, se favorece el cerebro y también mejora su desarrollo. Además, hay otros beneficios a tener cuenta. Algunos de los más importantes son los que te contamos a continuación:
La música genera dopamina
La música logra activar diversas regiones de nuestro cerebro y aumenta el funcionamiento de este órgano. Numerosos estudios han confirmado que una composición musical que llega a nuestros oídos provoca la segregación de dopamina. Este neurotransmisor es el encargado de que nos sintamos satisfechos, tranquilos y a gusto cuando escuchamos música.
Aumenta la autoestima de los pequeños
Uno de los efectos que tiene la musicoterapia para niños es que consiguen entender mejor sus sentimientos. Esto les crea seguridad, la cual se traduce en más control a la hora de gestionar su conducta y ser más autónomos.
Mejora la motricidad
A la hora de estimular la motricidad de los niños, los musicoterapeutas infantiles suelen animar al baile. Se indica a los pequeños cómo bailar, o simplemente les dejan expresarse cuando escuchan un ritmo en particular. Por otro lado, tocar ciertos instrumentos les ayudará a fomentar la motricidad como pueden ser la batería, los tambores o el piano.
Fomenta la socialización
Como sucede en muchas terapias que están orientadas a los más pequeños, la socialización es un elemento indispensable. De hecho, los humanos somos animales sociales: nos volvemos más fuertes cuando estamos acompañados. La socialización permitirá al niño adquirir las herramientas necesarias para poder enfrentarse al mundo en igualdad de condiciones.
Actividades en la musicoterapia para niños
La idea de escuchar música totalmente quietos no encaja con los niños. Ellos necesitan moverse, estar activos: necesitan jugar. Una de las actividades que se pueden proponer es jugar al juego de las sillas. Esta dinámica les ayudará a socializar y se lo pasarán en grande con sus compañeros.
Otro buen ejercicio puede ser cantar. A través del canto se favorecen la dicción y la expresión corporal, además de la posibilidad de aprender otros idiomas cuando cantamos una canción extranjera.
Finalmente, y aunque aquí solo hemos rozado la punta del iceberg de las posibilidades que ofrece la musicoterapia, también podemos inventar una coreografía. Así, los niños fomentarán su coordinación oído-cuerpo y mejorarán su motricidad al mismo tiempo que cooperan para crear el baile, lo cual va a mejorar su socialización.
¿Te ha interesado la cantidad de posibilidades que ofrece esta terapia? No dudes en consultar nuestro máster en musicoterapia para poder profundizar y convertirte en un experto en la materia.