El árbol de valores es una actividad muy popular en educación infantil. Ayuda a los más pequeños a entender de forma didáctica los diversos valores positivos. Les inculca de forma abstracta aquellos conceptos importantes que deben aprender para vivir en sociedad y ser lo que llamamos “una buena persona”. Te explicamos cómo hacerlo y cómo funciona el árbol de valores. Conviértete en un profesional del ámbito de la educación con nuestra doble titulación en pedagogía Montessori y atención temprana.
Índice de contenidos
¿Qué es el árbol de valores?
El árbol de valores se utiliza normalmente en educación infantil. Es una actividad educativa que enseña a los más pequeños a saber qué es realmente importante. Además, si modificamos algunos puntos también lo podemos utilizar para actividades con un grupo de adultos.
Gracias a esta actividad, los niños entienden el significado de los valores, algo abstracto y difícil de explicar. De esta forma tan divertida y didáctica, les ayudamos a entender cómo podemos llegar a sentirnos completos y felices.
Recordemos que los valores son las virtudes y los principios que engloban a una persona. Se consideran muy importantes y una pieza clave para una buena vida en sociedad. Son aquellos que caracterizan a una persona y marcan sus pautas de comportamiento. Además, definen cómo las personas desean vivir su vida y compartirla con los que les rodean.
¿Cómo introducir los valores a los niños?
Para empezar, se les presenta a los niños una serie de valores que pueden reconocer. A partir de aquí, tienen que ser capaces de explicar de qué tratan. Valores como la amistad o el respeto, son valores que les pueden ser familiares y reconocibles. Si hay algunos, como la honestidad o la empatía, que no conocen, les iremos poniendo ejemplos para que los entiendan.
Una buena idea para empezar a introducir este tipo de valores un poco más complicados es a partir de cuentos. Todos sabemos que a los niños les encantan los cuentos y existen millares de ellos que explican muchos valores. Cuentos como la tortuga y la liebre, la hormiga y la cigarra, etc.
Cuando ya se familiaricen con estos valores que les hemos presentado, deberán aprender a reconocerlos en diferentes conductas. Podemos volver a utilizar relatos cortos para que los niños, con mucha atención, sepan reconocerlos detrás de las diferentes acciones de los personajes. No solo aprenderán sobre ellos, sino que mejorarán su comprensión.
La construcción del árbol de valores
Ahora que los niños ya tienen una buena base para entender cuales son los valores realmente importantes, podemos construir el árbol de valores. Ponemos encima de la mesa todos los valores que han ido aprendiendo durante las actividades anteriores. Pueden ser dibujos o palabras escritas.
Dibujaremos en una cartulina grande un árbol con sus ramas, podemos hacerlo nosotros o decirles a los niños que lo dibujen previamente. A partir de aquí, deberán jerarquizarlos de menor a mayor importancia. Este punto es clave, ya que entre ellos deberán ponerse de acuerdo, dialogar y debatir la importancia de cada uno.
En la parte superior del árbol estarán aquellos valores que entre todos hayan decidido que son los más importantes. En orden descendente, irán todos aquellos considerados de menor valía.