En 1978, Mary Ainsworth, una famosa psicóloga estadounidense, realizó un estudio exhaustivo sobre los tipos de apego. Este estudio ha perdurado en los años y nos ayuda a comprender la calidad de las relaciones niño-cuidador y su influencia sobre la formación del apego. En el post de hoy te explicamos cada uno de ellos y cómo pueden llegar a reflejar las normas que determinan la autorregulación emocional de las personas. ¿Quieres ampliar tus conocimientos? Descubre nuestra doble titulación en Monitor de Ludotecas + Máster en Pedagogía Montessori.
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¿Qué es el apego infantil?
Resumiendo, podemos decir que el apego es la relación que mantenemos con las personas que se encuentran a nuestro alrededor. Pero normalmente a las personas que les tenemos apego son reducidas, es decir, son solo aquellas con las que tenemos un vinculo afectivo.
Para el niño, el primer vinculo efectivo podemos decir que es la madre, y esta lo siente (no siempre) desde que sabe que esta embarazada. Es en la primera infancia cuando el infante crea los primeros vínculos efectivos, los primeros aprendizajes y la primera brizna de personalidad.
Tipos de apego
Volvemos a mencionar el estudio de Mary Ainsworth ya que estos resultados fueron los que ayudaron a diferenciar comportamientos. El experimento, llamado La Situación del Extraño, es muy sencillo de realizar y de entender. El objetivo era comprobar la forma en que los niños utilizan a los adultos como fuente de seguridad. Como objeto de estudio niños de 1-2 años, estos se les hacia pasar por una breve separación entre la persona que lo cuidaba. Se evaluaba la manera de interactuar de estos niños con el entorno, su reacción ante la presencia de una persona desconocida, sobretodo en los momentos de separación y de reunión con el cuidador.
Los resultados dieron con tres tipos de apego diferentes. Estos se conforman por claras diferencias individuales en el comportamiento de los sujetos. Esto permitió describir tres patrones conductuales: apego seguro, apego inseguro evitativo y apego inseguro ambivalente.
Apego seguro
Se observó en los comportamientos de algunos niños que al separarse de su madre/padre/cuidador se originaba un momento de ansiedad. Además, cuando se volvían a reunir, tenia lugar un reaseguramiento.
Este tipo de apego se interpreta como un Modelo de Funcionamiento Interno. Este se caracteriza por depositar una plena confianza en la persona que cuida y su mera presencia les relaja. Los niños con apego seguro saben que sus cuidadores están disponibles para ellos y que serán responsivos a sus necesidades.
Apego inseguro evitativo
Dentro de el experimento para determinar los tipos de apego, este se caracterizó por la falta o poca ansiedad durante la separación. Además, al volverse a encontrar, se observó un claro desinterés. Esto fue interpretado como si el niño no confiara en la disponibilidad de su respectivo cuidador.
Aunque en este tipo de situación se evaluó la falta de llanto al separarse de la madre, es verdad que se observó evidencias de cambios en el ritmo cardiaco del niño. Esto puede evidenciar una personalidad independiente, aunque también se puede deber a dificultades emocionales.
Apego inseguro ambivalente
En contraposición a los dos tipos de apego explicados anteriormente, este tipo de patrón de conducta se caracterizó por una clara ansiedad por separación. Aunque después, en el reencuentro con la madre, no se tranquilizaban. Esto se debe a un intento de exagerar el afecto para asegurarse la atención.
Este tipo de conducta puede reflejar las pocas ocasiones en que el cuidador puede estar física y emocionalmente disponible para el niño. Este acaba por ser propenso a la ansiedad por separación y al temor a explorar su entorno.