La logopedia es una disciplina que muchas personas dejan en un segundo plano con frecuencia. Esto se debe a que sus atribuciones se confunden con las de un pedagogo o un maestro. Sin embargo, puede ser muy útil en muchos más ámbitos que el de la escuela o la enseñanza pública o privada. Si quieres ser un experto en el sector, descubre nuestro Máster en Detección y Diagnóstico de Patologías del Habla y el Lenguaje + Máster en Trastornos del Lenguaje, el Habla y la Comunicación.
Índice de contenidos
¿Qué es la logopedia?
Esta disciplina aglutina una serie de diversas actividades alrededor de los trastornos relacionados con la comunicación humana. Estas actividades son el estudio, la prevención, la detección, la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento.
Estos trastornos pueden tener que ver con alteraciones en la voz, en la audición y en el habla de la persona. Es decir, tienen que ver con el lenguaje, sea este escrito, oral o gestual. También puede afectar a las funciones oro-faciales o las deglutorias.
¿Cuáles son las funciones de un logopeda?
Un logopeda tiene la función principal de rehabilitar en lo que sea posible cualquier función alterada, ayudándose de las preservadas por la persona. De esta manera, dotamos a la persona de rutinas de uso de sus habilidades. ¿Con qué fin? Con el de ayudarle a aprender a combinarlas para ver realizadas el resto de sus actividades normales diarias. Esto incluye el desarrollo del manejo e interacción de dichas habilidades.
Los objetivos que, como logopedas, podemos establecer son muy variados. La identificación de una u otra meta dependerá de las dificultades de la persona a tratar. Por ejemplo, podemos enseñar a un profesor a hablar correctamente, cuidando su respiración; esto podría servirle para evitarse daños en las cuerdas vocales. También podemos proponernos ayudar a los niños a pronunciar correctamente ciertos fonemas. Pero otras actividades más delicadas también pueden requerir del trabajo de un logopeda.
Si una persona ha sufrido algún daño cerebral, podemos enseñarle de nuevo el modo de tragar. Mostrarle a una persona sorda cómo comunicarse y reconocer los gestos. E incluso corregir problemas de comunicación derivados de una afasia.
Beneficios de la logopedia en la atención temprana
La intervención de un logopeda debemos planteárnosla siempre que se advierta cualquier retraso de tipo evolutivo en un niño. Es la forma de asegurarnos de que la intervención va a ser la mejor posible. Detectar de forma precoz el trastorno, sea del tipo que sea, es un punto fundamental.
La detección y la puesta en marcha de la disciplina de forma temprana es garantía de alcanzar un desarrollo normal. Si demoramos la intervención pedagógica, más graves serán las patologías comunicativas: problemas con el lenguaje y el habla, que podrían provocar alteraciones de conducta o dificultades de aprendizaje.
La atención temprana del logopeda no obvia ninguna de las áreas de desarrollo. El tratamiento incluye la comunicación, el lenguaje, la socialización, la motricidad y la capacidad cognitiva, entre otras. Este tipo de intervenciones se enmarcan en la atención global para los niños y sus familias. Es decir, el logopeda trabaja como un miembro más de los equipos multidisciplinares en el tratamiento.
Los beneficios de una atención temprana con el logopeda que veríamos serían los siguientes:
- Una reducción de los efectos deficitarios en general para el desarrollo del niño.
- Potenciación del curso de desarrollo evolutivo del niño a todos los niveles.
- Evitamos, o al menos reducimos, los efectos deficitarios secundarios producidos por el trastorno, y situaciones de mayor riesgo.
- Se atienden las necesidades y demandas para la familia y resto del entorno del menor.
- El niño gana en autoestima e iniciativa al ser parte activa del tratamiento.
Trastornos infantiles que se pueden tratar con la logopedia
Con el trabajo que hacemos como logopedas podemos tratar una buena serie de trastornos infantiles, algunos de los más comunes pueden ser los siguientes:
Retraso simple del lenguaje.
Este trastorno puede manifestar dificultad para la pronunciación o la construcción de frases. Ayudamos a desarrollar el lenguaje más lento de lo normal o con vocabulario reducido.
Trastorno específico del lenguaje
Un desarrollo alterado del control de la lengua, con vocabulario heterogéneo y dificultad para contar historias. Problemas en pronunciación y para la generalización del lenguaje, entre otros síntomas.
Problemas de lectoescritura:
La manifestación de problemas en la expresión escrita, con ortografía arbitraria, confusión de letras unas con otras. También de segmentación en las palabras y las frases. Falta de comprensión para lo que se lee, así como para relatar algo por escrito.
Afasia:
Manifestación de la pérdida del lenguaje en ciertas áreas; problema de compresión o la expresión, o en ambas. Suele ser a consecuencia de ictus, derrames y problemas cardiovasculares.
Tartamudez:
Deterioro de la fluidez verbal por repetición o prolongación de elementos del habla, como sonidos, sílabas o frases.
Autismo:
El lenguaje en personas con autismo es variado, pero pueden no llegar a desarrollarlo correctamente. Puede haber situación de mutismo total o parcial. Manifestación de niveles bajos para la manifestación y la comprensión, y reducción del nivel de interacción social por lenguaje.
Ejercicios que se hacen en una terapia de logopedia
Los ejercicios que más utilizamos como logopedas son las llamadas praxias. Consisten en pequeños ejercicios de carácter aislado que se practican en las sesiones. Están recomendados para que las familias los practiquen en sus casas con los niños. Las praxias son muchas, y sirven para hacer trabajar las distintas musculaturas orales en los niños.
Estos ejercicios están indicados especialmente cuando detectamos una falta de desarrollo de ciertas funciones en los niños. Por ejemplo, el habla, la respiración, la deglución o la modulación de la voz. Los ejercicios deben estar personalizados al tipo de trastorno que sufra el niño y sus consecuentes dificultades. Una vez corregidas las carencias de desarrollo, se podrán cambiar por nuevas praxias o eliminarlas de su rutina.
Praxias en labios
Ejercicios concretos como besos o aguantar un lápiz con el labio superior, por ejemplo.
Praxias con la lengua
Se recurre a ejercicios como usar palitos de madera como depresores, o tocarse la lengua o el paladar con la lengua. Todo ello para agilizar la elevación y lateralización de este músculo.
Praxias en mejillas:
Para evitar su caída y el acumulamiento de restos de comida en los laterales de la boca. Se suelen proponer ejercicios de succión con aire o agua.
Como ves, la logopedia es fundamental para lograr que los niños o personas con dificultades adquiridas puedan desarrollar sus dotes comunicativas.