Durante la infancia y la adolescencia los niños pueden sufrir trastornos de conducta. A veces, pueden ser solo transitorios, pero otras pueden ser preocupantes y deberemos consultarlo con un profesional. Un trastorno grave de conducta es el trastorno disocial y lo explicaremos detalladamente en este post. Amplía tus conocimientos sobre pedagogía con nuestros cursos de atención temprana.
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¿Qué es el trastorno disocial?
Como hemos mencionado anteriormente, el trastorno disocial está considerado como un trastorno grave de conducta y deberemos contar con la ayuda de un profesional. Cuando el sujeto se comporta reiteradamente de forma inadecuada y viola los derechos fundamentales de los demás, actuando en discordia con su edad. No podemos confundirlo con comportamientos desafiantes propios de la adolescencia o rabietas infantiles. El trastorno disocial implica la participación activa, es decir, son conscientes de que están infringiendo una norma social o un código de convivencia.
Signos de alarma
Normalmente este tipo de conducta viene originado por situaciones familiares complicadas, relaciones sociales o escolares. Deberemos tener en cuenta estos factores, ya que influyen tanto en su origen como en su reiteración.
Podemos identificar algunos comportamientos alarmantes para poder reconocer el trastorno disocial. La violencia tiene un gran peso en este trastorno. Se comportan violentamente, causan agresiones físicas y psicológicas a personas o animales. Pueden dañar bienes de los demás, con actos de vandalismo o robos.
Como hemos dicho, un punto clave es la edad cuando se origina este comportamiento. Si el sujeto tiene menos de 13 años y transgrede de forma violenta las normas, podemos alarmarnos.
Además, se ha comprobado que el trastorno disocial provoca un deterioro en sus actividades tanto sociales como académicas. Por ello, cuanto antes se identifique este problema, antes podremos intentar solucionarlo para que el niño no sufra sus consecuencias.
¿Cómo se diagnostica?
Tanto la infancia como la adolescencia son procesos de cambios. Es normal que podamos ver conductas inapropiadas. Por esta razón, el profesional debe ver claramente comportamientos problemáticos que no concuerden con la edad del niño. Estos deben afectar directamente al buen funcionamiento de sus relaciones sociales y académicas.
Uno de las claves para identificar el trastorno disocial es poner enfoque en sus relaciones sociales. Ya que a veces, el medio donde vivimos puede afectar a nuestro estrés y a nuestra conducta. Como, por ejemplo, vivir en un país en guerra.
Se deberá analizar bien el historial clínico y psicológico del niño, ya que un problema de salud mental puede tener como síntoma este tipo de comportamiento.
¿Cómo tratar el trastorno disocial?
Como pasa en muchos trastornos, el niño o adolescente no sabrá que tiene un problema y, por ende, no querrá ni pedirá ayuda. Es por eso que su tratamiento puede ser en gran medida complicado. Regañarles y castigarles no servirá de nada, al contrario, puede ser contraproducente.
Pedir ayuda a un psicoterapeuta o psicólogo profesional es la clave para ayudar al niño. Estos pueden ayudar a tratar el problema de raíz, así como mejorar la autoestima de quien sufre trastorno disocial.