El mutismo selectivo muchas veces puede confundirse con una extrema timidez, pero se trata de un trastorno infantil. En el post de hoy te contamos sus causas, pautas y tratamientos para que sepas actuar debidamente frente a este tipo de problema. Descubre nuestras titulaciones en Atención Temprana, TDAH y otros trastornos habituales de la infancia con nuestros cursos y masters online.
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¿Qué es el mutismo selectivo?
El mutismo selectivo es un trastorno infantil. El niño, teniendo intactas las habilidades comunicativas, tiene de pronto una inhibición en el habla. Este tipo de trastorno aparece normalmente en la etapa preescolar, cuando los niños dejan el entorno familiar para pasar más horas interactuando en otros contextos y relacionándose con otras personas.
Es fácil confundirnos con una extrema timidez en el niño, pero debemos saber que el mutismo selectivo es una reacción a la ansiedad que siente. Se produce un bloqueo al tener que relacionarse con los demás, produciendo esta inhibición. Acostumbra a suceder cuando el niño se encuentra fuera de su zona de confort, como la escuela, el parque…
Características del mutismo selectivo
Para que podamos saber a ciencia cierta que se trata de mutismo selectivo y no es timidez, deberemos estar alerta y identificar las características de este trastorno en el niño o niña.
Este problema deberemos comprobar que esta presente al menos durante todo un mes, dejando a un lado así la timidez pasajera. Además, deberemos fijarnos en qué tipos de situaciones se da este problema ya que el niño no habla por falta de vocabulario, sino por ansiedad. Además, no viene relacionada con un trastorno de la comunicación, como la tartamudez ni es un síntoma de un trastorno generalizado del desarrollo.
El mutismo selectivo puede afectar al rendimiento escolar y a sus relaciones sociales. A causa de esta inhibición en el habla, el niño no pregunta dudas, no participa en juegos grupales o no se relaciona con otros compañeros. Si no se interviene cuando es debido, puede verse afectado su desarrollo y desarrollar trastornos de ansiedad o fobia social.
Causas del mutismo selectivo
Si identificamos este problema, lo primero de todo es descartar cualquier anomalía médica. Por eso, primero deberemos consultar un pediatra. Si el médico dictamina que no se trata de un problema orgánico, sabremos que hay algo más, que se trata de causas psicológicas, principalmente debido a la ansiedad.
Viene derivado del aprendizaje por condicionamiento ya que el niño se siente más seguro no actuando ni hablando frente a una situación que le produce estrés. Tiene miedo de ser juzgado y evaluado, por esa razón actúa de forma pasiva.
También existe una influencia familiar que puede repercutir en el mutismo selectivo. A veces, cuando hay un miembro de la familia con un trastorno de ansiedad o estrés puede originarse este problema. Además, si la familia no se relacionan con otros entornos, el niño no se siente preparado para interactuar con otras personas.