Toda la información que percibimos sobre el entorno nos viene a través de los sentidos. Gracias a la integración sensorial, esta información se codifica y organiza en nuestro cerebro, permitiendo poder encontrar una respuesta adaptada a las necesidades del mundo. En el siguiente post te explicamos qué es este proceso neurológico y te ayudamos a identificarlo. Con nuestro curso Auxiliar de Educación Infantil + Máster en Coaching Psicológico te permitirá ejercer como asesor en casos de niños con problemas de aprendizaje o alteraciones de conducta.
Índice de contenidos
¿Qué es la integración sensorial?
La integración sensorial se trata de un proceso neurológico que capta los estímulos de nuestro entorno a partir de los sentidos y los trasmiten a nuestro cerebro, que los interpreta. Para la mayoría de los niños, este proceso se desarrolla en el curso ordinario de las actividades de la infancia. Aún así, hay niños que presentan problemas a la hora de desarrollar estas habilidades. Esto, si no se detecta y se trata a tiempo, pueden hacerse evidentes problemas en el aprendizaje, en su desarrollo o en su comportamiento.
Signos de disfunción en integración sensorial
Existen unos indicadores que ponen de manifiesto disfunciones sensoriales. No todos los niños con problemas de aprendizaje presentan problemas en la integración sensorial, por ello, deberemos identificar los diferentes indicadores.
Hipersensiblidad
Hay niños que pueden presentar hipersensibilidad al tacto, al movimiento a las luces o al sonido. Esto puede manifestarse con irritabilidad cuando los tocamos o con reacciones de miedo al movimiento en actividades ordinarias. Además, también pueden evitar ciertas texturas de ropa o de comida y sensaciones dolorosas como respuesta a ciertas luces o sonidos.
Hiporreactividad
Algunos niños fluctúan entre la hipersensibilidad y la hiporeactividad. Aquí, un solo estímulo sensorial, provoca una respuesta tan intensa que puede saturar todo el sistema y no procesar otros estímulos.
Actividad inusualmente alta o baja
Existen dos manifestaciones distintas, dependiendo si se trata de una actividad inusualmente alta o baja. Por ejemplo, el niño puede moverse constantemente o por lo contrario sentirse fatigado fácilmente.
Coordinación
Presentar problemas en la coordinación en actividades motoras gruesas o finas puede ser indicador de que puede haber un problema en la integración sensorial. Por ejemplo, pueden presentar dificultades en el equilibrio o en aprender a realizar nuevos movimientos que requieren coordinación motora.
Retraso
Algunos niños pueden presentar retraso en el habla, el lenguaje, en las habilidades motoras o en rendimiento académico. Estos signos de falta de integración sensorial pueden ser evidentes ya en preescolar. Pueden presentar también problemas en algunas áreas académicas en la edad escolar, aunque presenten una inteligencia normal.
Baja organización del comportamiento
Un indicador de que falta integración sensorial puede ser la impulsividad o la distracción en abordar tareas simples. Además, pueden presentar problemas al ajustarse a nuevas situaciones presentando frustración, rechazo e incluso agresividad.
Normalmente, un niño con un desorden en la integración sensorial presenta más de uno de los indicadores mencionados en esta lista. Aunque puede que estos síntomas no son siempre muy evidentes, sí son muy graves, ya que la falta de integración sensorial puede afectar al niño en un futuro.