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Actividades de atención temprana para mejorar el desarrollo de los más pequeños
Con ejercicios de atención temprana podemos llegar a mejorar la actividad y el rendimiento en ciertas áreas cerebrales. Al fin, su principal objetivo de estos ejercicios es que el niño incremente su autonomía e independencia
El período de edad de un niño comprendido entre el nacimiento hasta los seis años es vital para el buen desarrollo ya que es cuando éste goza de una mayor plasticidad cerebral. Durante esta etapa se recomienda introducir estimulaciones que puedan favorecer su crecimiento y permitan desenvolverse sin ninguna dificultad. Si te interesa el tema… ¡Lee el post de hoy!
Para familiarizarte con la estimulación temprana, te dejamos una serie de rutinas, divididas por edades, que tienen como objetivo potenciar las habilidades, tanto en niños que presentan un desarrollo normal, como en aquellos que sufran algún trastorno.
La mayoría de estos ejercicios de atención precoz pueden llevarse a cabo dentro del núcleo familiar, pero si se prefiere también se pueden desarrollar en escuelas o guarderías especializadas.
Trabajar la motricidad
Desde el nacimiento del bebé hasta su primer año de vida, es importante trabajar el motor grueso. A través de prácticas sencillas, como frotar crema en el cuerpo del bebé y enseñarle qué son las caricias, podemos favorecer y reforzar lazos de empatía.
En una edad un poco más avanzada, comprendida entre el primer año hasta el segundo, podemos mejorar el equilibrio del niño con suaves balanceos. También puedes enseñarle a girar su cuerpo para responder ante estímulos.
Entre los 3 y 4 años, las prácticas de atención temprana se enfocan en permitir al niño que clasifique objetos con juegos manipulativos para que mejore la atención en los detalles. También puedes trabajar para que el menor diferencie en el parecido y en la diferencia de las cosas.
A partir de su primer cuatrienio de vida, el mejor ejercicio para trabar el sistema motor grueso, es que el niño juegue, salte, corra… Esto ayudará a hacer ejercicio y al mismo tiempo, a coordinar sus movimientos.
Desarrollo Cognitivo
Para la estimulación cognitiva en bebés de 0-12 meses, puedes intentar darles golpecitos suaves en la punta de la nariz para estimular su reflejo de parpadeo.
A partir del segundo año de vida, ya podemos interactuar con él y realizar ejercicios conjuntos. Trata que el niño intente cepillarse lo dientes o peinarse delante del espejo. Esto le ayudará a asimilar acciones y copiar patrones.
Una vez superada esta fase, y ya siendo más grande, puedes dejar que él mismo escoja su ropa y pueda vestirse y desvestirse según su gusto. También podéis jugar a disfrazaros y que el niño saque su vena más creativa.
A partir de los 4-5 años, es importante que el niño sepa decir su nombre completo y que se relacione con otros niños. Establecer vínculos sociales le ayudará a jugar y divertirse.
Importancia del Lenguaje
Para trabajar el lenguaje de un bebé que está muy atento a su entorno, se recomienda que lo llames por su nombre en un tono dulce. También puedes contarle todo lo que vas haciendo con una entonación clara y pausada.
A partir del primer año de vida, podéis jugar a adivinar partes del cuerpo. Te puede oír pronunciar la palabra y que él tenga que identificar la parte anatómica.
Una vez veas que el niño va interactuando más contigo, puedes enseñarle canciones infantiles con algún mensaje. También funcionan cantinelas sencillas que él pueda repetir, como de números, colores.
Finalmente, dentro de los ejercicios de atención temprana, puedes a diferenciar entre derecha e izquierda e ir agregando movimientos y combinarlos. También puedes incluir adivinanzas sencillas relacionadas con objetos.
Esta gruía de ejercicios no es rígida y es importante adaptarse al ritmo de cada niño. No obstante, si a partir de los 6 años de vida todavía hay procesos en los que el menor interfiere con la correcta integración con su entorno, es preferible atender a un profesional especializado.