A veces damos por sentado que los niños no tienen por qué tener problemas ya que no tienen mayor preocupación que la de jugar y aprender. No es cierto, los niños también sufren presiones. Es normal que sufran estrés infantil en estos momentos de cambios en nuestra vida cotidiana. Como cuidadores, debemos tener en cuenta los factores que le pueden alterar y como remediar o apaciguar los momentos de estrés. Fórmate con nuestro doble Máster en Psicología Infantil y Adolescente y Pedagogía Montessori.
Índice de contenidos
El estrés infantil
Cuando hablamos de estrés, es necesario dividir y diferenciar el estrés en dos grupos. Primero encontramos un estrés positivo y fundamental para nuestras vidas, es aquel que nos permite enfrentarnos a circunstancias del día a día. Por otro lado, encontramos el estrés negativo, ya que es el que se va alargando en el tiempo y nos puede llegar a desgastar, provocando ansiedad e incluso depresión. Por ello es imprescindible saber diferenciarlos para poder actuar a tiempo.
Aunque sea un poco complicado detectar estrés en los niños más pequeños, es más fácil hacerlo en aquellos que están en su etapa escolar. Por la razón más obvia, se comunican mejor y saben expresar mejor sus sentimientos. Existen factores que hacen surgir el estrés en los niños y debemos saber identificarlos.
Estrés interior
Cada niño es diferente y por ello, según sus personalidades, habrá que serán más propensos a tener estrés que otros, aunque también estarán condicionados por su entorno. La falta de autoestima o de habilidades sociales pueden causar estrés infantil. Deben saber que están protegidos y que son queridos.
La familia
Factores dentro del núcleo familiar pueden causar estrés. La falta de atención o al contrario, la sobreprotección, son factores claves que causan estrés infantil. Muchos niños que viven en el seno de una familia desestructurada o disfuncional son más propensos a ser víctimas de estrés.
Estrés escolar
Dentro de la institución que conocemos como escuela existen muchos factores que pueden generar estrés infantil. Podemos decir que el colegio es una sociedad en miniatura. Existen presiones sociales, pertenecer o no a un grupo, el acoso, presión por sacar buenas notas o decepción por sacar malas. Debemos aprender y saber comunicarnos con el niño para que él nos intente explicar qué le ocurre y detectar que algo no va bien.
Estrés social
En estos momentos, donde todas las familias están confinadas en casa, es normal que podamos sufrir un poco de estrés. Vivir estos momentos anómalos, de cambios, sin ir a la escuela, sin ver a los amigos, pueden preocupar a los más pequeños. La continua exposición a la información, siempre con el mismo mensaje también puede alterar a los niños. Aunque sea complicado el apoyo social exterior en estos momentos, debemos recordar que estamos juntos en esto y hacerle saber que todo irá bien.
La salud
Las enfermedades o dolores y malestar pueden causar estrés, igual que la visita al médico o una posible hospitalización. Muchos niños sientes estrés, por ejemplo, cuando tienen visita al dentista, ya que este viene infundido por el miedo.
Síntomas de estrés infantil
No es sencillo detectar estrés en los niños, ya que estos tienen mayor dificultad en saber qué les ocurre. No tienen muy desarrollada la inteligencia emocional y a veces les cuesta comunicarse con los adultos ya que no saben que les ocurre algo. Existen algunos síntomas en los que debemos estar atentos por si el niño los padece, sabremos que podemos estar en un posible caso de estrés infantil.
Síntomas psíquicos
Si notamos que el niño siente una fuerte desmotivación o interés en cosas que antes le gustaba o disfrutaba. También pueden sentirse irritables y demostrar una disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, incluso en pequeñas cosas. Pueden padecer ansiedad y cambios de humor repentinos.
Síntomas físicos
Podemos notar que tiene alteraciones del sueño, ya sea que se levante más de dos veces una noche, que le cueste dormir o que incluso padezca insomnio. Muchos niños también pueden experimentar efectos físicos, como la pérdida y aumento de peso, malestar general, dolores de cabeza o de estómago.
Síntomas conductuales
Muchos niños con síntomas de estrés pueden rechazar la escuela o disminuir el rendimiento. Sienten falta de motivación y de interés y por ello aumentan sus errores o incumplen las tareas que se les ha pedido. Las relaciones con sus compañeros o profesores pueden empeorar.
Cómo afrontar el estrés infantil
Si detectamos estos casos en el niño, debemos reforzar los intentos de solucionar los problemas. Enseñarle al niño las herramientas para que él, con nuestra ayuda y apoyo, aprenda a superar los problemas por sí mismo. Debemos identificar y disminuir los efectos estresores en los niños, ahora como padres o cuidadores. Te explicamos algunas orientaciones muy eficaces para paliar o reducir los efectos del estrés infantil.
Actividad física
Además de ser una de las estrategias más eficaces para reducir el estrés, también nos aporta felicidad. Además, puede ser algún deporte o actividad que motive al niño y que acabe por ser un hobby. Le generará no solo un bienestar físico, sino también psíquico. Ahora que estamos en casa, si tenemos un gran jardín podemos jugar con él a la pelota o a diferentes juegos. Si vivimos en un espacio pequeño, siempre podemos animar al niño a que practique entrenamientos con nosotros.
Expresar sus emociones
Debemos tener runa comunicación eficaz y enseñarle a descifrar sus propias emociones. El niño debe ser capaz de reconocerlas, tanto las positivas como las negativas, para poder comunicarnos qué le preocupa o les estresa. También es fundamental que sepa qué es aquello que le provoca malestar, para que podamos cambiarlo o paliarlo.
Racionalización de las tareas
Un estilo de vida demasiado cargado de tareas o actividades pueden generar estrés infantil. Esto provoca tensión y presión en el niño. Para erradicar este problema, lo mejor es suprimir algunas actividades que no le sean gratificantes y prescindibles para el infante.
Tiempo de calidad
A veces lo que el niño desea es pasar más tiempo con sus cuidadores. Debemos hacerles caso, pasar tiempo con ellos, jugar y divertirnos. Debemos estar disponibles para ellos para cuando quieran hablar o incluso para cuando no quieran, pero estar con ellos. No quiere decir que estemos siempre con ellos, no queremos que se agobien y debemos dejarles también su espacio. Pero lo que deben saber es que estamos para ellos cuando lo necesiten y que pueden contar con nosotros.