Conocer la disfasia nos puede ayudar a entender más sobre este trastorno. Te contamos en qué consiste, cómo puede afectar a los niños y cuáles son sus síntomas. Además, nos referiremos a los tipos que se distinguen, las posibles causas y el tratamiento a emplear. Si quieres saber más sobre este tema y ser un Especialista en Trastornos del lenguaje, no lo dudes mira nuestra oferta formativa. ¡No te arrepentirás!
Índice de contenidos
¿Qué es la disfasia?
La disfasia es un trastorno asociado al lenguaje que generalmente aparece cuando este comienza a expresarse y entenderse. Se trata de una dificultad tanto para la expresión del lenguaje como para la comprensión del mismo. Así, todo ello deriva en una dificultad a la hora de comunicarse.
En ningún momento se ha demostrado que las personas que presentan este trastorno tengan algún tipo de déficit. Estas personas no tienen problemas en su comportamiento, en su capacidad sensorial ni en su capacidad cerebral. Sin embargo, sí es cierto que es una situación bastante frustrante tanto para la propia persona que lo padece como para sus familiares. De hecho, la disfasia en la actualidad se reconoce legamente como una discapacidad.
¿Cómo afecta a los niños?
Este trastorno del lenguaje suele aparecer por primera vez durante la infancia. Así, se considera como un trastorno primario que se dirige hacia el sistema oral.
Debido a que es durante la infancia cuando los niños comienzan a entender y expresarse, la disfasia suele detectarse en esta etapa. En algunas ocasiones, el diagnóstico inicial no corresponde exactamente con la realidad de este trastorno. Por eso es preciso que los padres o tutores recaben todo tipo de información para comentársela al profesional médico en la primera sesión.
Síntomas de la disfasia
Algunos de los síntomas principales que pueden ayudar a distinguir la disfasia son los siguientes:
Problemas en la comunicación
El niño apenas intenta comunicarse. Dadas sus dificultades con el lenguaje, no hace esfuerzos por comunicarse ni establecer relaciones a través de este con otras personas.
Vocabulario escaso y omisión de elementos comunicativos
Además de no tener una riqueza de vocabulario, también se suelen omitir o confundir diferentes elementos en las oraciones. Por ejemplo, los pronombres, preposiciones, conjunciones o cualquier nexo entre ideas.
Ausencia de conjugación
Esta es otra de la características de estos niños: no conjugan verbos y los utilizan en infinitivo. Además, a la hora de comprender los verbos, les ayuda mucho la realización de gestos por parte del interlocutor.
Estructura sintáctica errónea
Las frases y oraciones no suelen guardar coherencia gramatical y sintáctica.
Sonidos aislados
A pesar de que intentan formar palabras, suelen tener importantes dificultades a la hora de unir varios sonidos para así dar sentido al lenguaje. Es por eso que resulta frecuente que emitan sonidos sueltos.
Dificultad en la escritura y comprensión.
En algunas ocasiones, puede confundirse este trastorno con la sordera al no comprender órdenes e ideas. Además, también tienen importantes dificultades a la hora de expresar el lenguaje a través de la escritura.
Todos estos síntomas suelen derivar en otros no relacionados directamente con el trastorno del lenguaje. Entre ellos, destacar la baja autoestima y otros trastornos de carácter psicoafectivo. Además, tienen problemas de desarrollo psicomotor o de orientación espaciotemporal. Es frecuente encontrar también a niños con déficit de atención e hiperactividad asociados a esta patología. Además del retraso a la hora de aprender la lectoescritura, también se puede retrasar el aprendizaje lógico o la conducta social.
Tipos
Los tipos de este trastorno pueden distinguirse fundamentalmente en cinco principales:
Disfasia fonológico-sintáctica
Esta primera es la más frecuente entre los niños y combina una mala ejecución de la sintaxis junto con una mala comprensión del niño. Este emite sonidos poco inteligibles que apenas se entienden.
Disfasia léxico-sintáctica.
En este caso, el vocabulario que se emplea en la comunicación es escaso y también existen problemas de tipo sintáctico.
Disfasia semántico-pragmática
El niño presenta dificultades a la hora de formular las oraciones.
Agnosia auditivo-verbal (o disfasia receptiva)
Esta situación es aquella en la que el niño emite y escucha sonidos, pero no es capaz de asociarlos a nada más que eso. Es decir, tiene una incapacidad para relacionar un determinado fonema con un objeto, un lugar, una persona o cualquier concepto abstracto.
Disfasia fonológica
Es otra de las más frecuentes y se caracteriza por una comprensión mala del lenguaje.
Otra de las clasificaciones divide a la disfasia en: mixta o receptiva, expresiva y con problemas para organizar un significado. La primera tiene que ver con dificultades en la comprensión, la segunda con la formación de palabras y la tercera con la dificultad para elaborar oraciones.
Causas
Especificar las causas de esta patología no es una tarea sencilla. Sin embargo, sí se sabe que algunos factores como los que te comentamos a continuación están relacionados con la afasia.
En primer lugar, las lesiones cerebrales que afectan a la parte del cerebro encargada del lenguaje. Del mismo modo, una ausencia total o parcial de oxígeno durante el nacimiento puede tener ese mismo efecto. Así mismo, en el momento del parto, un traumatismo que afecte a la zona craneoencefálica.
Por otro lado, destacar también enfermedades infecciosas que atacan el sistema nervioso central. Entre ellas, la meningitis o la encefalitis.
En definitiva, la disfasia es un trastorno del lenguaje que afecta a la comunicación. Se trata de una dificultad para expresarse y para comprender los mensajes. De este modo, lo más sensato para mejorar la situación de los niños en los que aparece es iniciar un tratamiento. Así conseguirás disminuir la frustración que padecen tanto ellos como su entorno.
Tratamiento
El tratamiento de la disfasia es diferente en cada niño y hay que contar con la colaboración familiar y escolar en todo momento. Algunas de las técnicas más efectivas que pueden emplearse son las siguientes:
– Discriminación auditiva, para la mejoría de la comprensión. Se trata de identificar sonidos familiares y distinguirlos de otros.
– Memoria auditiva, para el recuerdo de palabras ya utilizadas anteriormente. Una estrategia para mejorar esto es el ritmo o las palmadas a la vez que se dice la palabra.
– Praxis bucofacial, para pronunciar correctamente los fonemas. Se trabaja para colocar en la posición correcta boca, lengua y demás órganos implicados en la fonación.
– Aprendizaje de vocabulario y su relación. Una vez que ya ha adquirido una gran cantidad de palabras, estas se agrupan en categorías y, más adelante, se trabaja para relacionarlas entre sí.