Marshall Rosenberg fue un psicólogo estadounidense que en 1999 publicó un libro hablando de la comunicación no violenta. Buscaba que las personas se comunicasen entre ellas, aunque también consigo mismas, de una forma empática y eficaz. Creemos que este concepto es muy valioso para cualquier sociedad sana y se debería reflejar en nuestras aulas. Por ello, hoy te explicamos de qué trata la comunicación no violenta. Si quieres aprender a llevar un equipo humano y desarrollar tus capacidades directivas, echa un vistazo a nuestro Máster en Asertividad, Autoestima y Resolución de Conflictos.
Índice de contenidos
¿Qué es la comunicación no violenta?
El concepto de comunicación no violenta tiene como objetivo expresar los mensajes con claridad, sin malentendidos ni posibles interpretaciones. Del modo que se evite un lenguaje evaluativo que etiquete o defina a los demás. Debemos satisfacer nuestras propias necesidades y deseos sin minar y frustrar las necesidades de otra persona.
Es por esta razón que se enfatiza el hecho de expresar nuestros sentimientos y deseos en lugar de expresar críticas o juicios morales. Debemos tener claro la importancia del lenguaje y del uso que hacemos de él, tanto hablar como escuchar. Puede ayudar a que aflore nuestra compasión natural y ser mejores personas.
Objetivos de la comunicación no violenta
Nuestro lenguaje deberá obedecer a nuestra consciencia, dejando a un lado reacciones autonómicas habituales. Deberemos expresar aquello que percibimos de forma realista, como lo que sentimos y anhelamos o deseamos. Para ello, deberemos expresarnos con empatía, seriedad y claridad.
El objetivo de la comunicación no violenta es tener en cuenta nuestras necesidades y deseos de igual modo que tendremos en cuenta la de los demás. Esta nos ayuda a identificar sentimientos y actitudes y a saber expresarlos con claridad en cualquier situación.
Deberemos responder a los mensajes de los demás, por muy criticas y negativas que sean, con empatía y positividad. Por ello reacciones de defensa o violencia quedarán a un lado para permitirnos percibir de forma diferente nuestras relaciones.
Los pasos a seguir
Este tipo de comunicación responde a unas pautas de comportamiento y deberemos seguir uno sapos para una mayor eficiencia comunicativa.
El primer paso es observar qué es lo que está ocurriendo realmente. A veces, nuestros prejuicios y evaluaciones puedes distorsionar la realidad y no dejarnos ver la verdad. Por eso deberemos observar y escuchar con atención, sin ningún tipo de juicio.
Una vez identificada la situación y el problema, deberemos entender cómo no sentimos. Qué sentimiento es el que nos inunda, si estamos ofendidos, asustados, alegres o enfadados. Un. Autoconocimiento emocional es esencial para una comunicación empática. Es el único modo de conocer qué sentimientos nos acontecen y cómo sienten los demás.
Identificaremos cuáles son nuestros deseos y nuestras metas genuinas o insanas guardan relación con estos sentimientos que hemos descubierto. Deberemos encontrar el deseo genuino, el que no tiene maldad, e intentar expresarlo de forma adecuada.
Finalmente, haremos, o nos haremos a nosotros mismos, una petición con el objetivo de intentar conseguir ese deseo genuino.
Todo ello siempre lo haremos no solo pensando en nuestros propios deseos y necesidades, sino también teniendo en cuenta a los demás.