La comunicación es un derecho fundamental, y las personas sordas o con discapacidad auditiva merecen acceder a la información en igualdad de condiciones. En este contexto, las funciones de un intérprete de LSE (Lengua de Signos Española) resultan esenciales para derribar barreras comunicativas y promover una sociedad verdaderamente inclusiva.
A continuación, exploramos qué es la LSE y cuáles son las principales funciones de un intérprete de lengua de señas, así como la importancia de su labor en distintos ámbitos sociales, educativos y profesionales.
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Índice de contenidos
Qué és LSE (Lengua de Signos Española)
La LSE, o Lengua de Signos Española, es un lingüístico visual, gestual y espacial, utilizado por la comunidad sorda en España. No se trata de una traducción literal del español, sino de una lengua con gramática, sintaxis y léxico propios.
Una lengua reconocida oficialmente
La Ley 7/2007 reconoce la Lengua de Signos Española como lengua oficial de las personas sordas en el territorio español. Este reconocimiento legal garantiza el derecho a usar la LSE en la educación, los medios de comunicación, la administración pública y otros servicios esenciales.
A diferencia del lenguaje oral, la LSE se basa en movimientos de las manos, expresiones faciales y posiciones corporales para transmitir significados. Esto la convierte en una herramienta visual que permite una comunicación plena entre personas sordas y oyentes, siempre que exista un intérprete de lengua de signos que facilite el intercambio.
¿Cuáles son las funciones de un intérprete de lengua de señas?
El intérprete de LSE actúa como un puente comunicativo entre personas sordas y oyentes. Su papel es fundamental para garantizar la accesibilidad a la información, la educación, el trabajo y la vida pública.
Interpretación fiel y neutral
Una de las principales funciones es transmitir el mensaje con precisión y sin alterar el contenido, manteniendo una posición neutral. El intérprete no añade opiniones ni modifica el mensaje original.
Adaptación al contexto comunicativo
Cada situación requiere una adaptación diferente. El intérprete ajusta su forma de comunicación según el registro, el tema y el entorno: académico, laboral, judicial, médico, cultural, etc.
Confidencialidad y ética profesional
El intérprete de lengua de signos está obligado a mantener la confidencialidad de toda la información a la que accede durante su trabajo. Además, debe respetar los principios éticos de imparcialidad, fidelidad y profesionalismo.
Facilitación del acceso a la educación y la cultura
En el ámbito educativo, el intérprete permite que los estudiantes sordos puedan seguir las clases en igualdad de condiciones. En eventos culturales, conferencias o programas de televisión, su intervención hace posible que la comunidad sorda participe activamente.
Importancia de las funciones de un intérprete de LSE en la sociedad
La labor del intérprete no solo favorece la comunicación, sino que fomenta la inclusión y la igualdad de oportunidades. Gracias a su trabajo, las personas sordas pueden acceder a servicios básicos, participar en la vida política y disfrutar de la cultura sin barreras.
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Las funciones de un intérprete de LSE van mucho más allá de la simple traducción de signos. Se trata de un profesional especializado en comunicación y accesibilidad, que garantiza que la lengua tenga el lugar que merece en todos los ámbitos de la vida social.
Reconocer su labor es apostar por una sociedad donde todas las personas, independientemente de su capacidad auditiva, puedan comunicarse y participar plenamente.

