Como ya todos sabemos, el poder de nuestro cerebro es fascinante. Tanto es así, que no hemos logrado conocer 100% su funcionamiento y supone uno de los grandes misterios de la biología. En nuestro post de hoy explicaremos un concepto del condicionamiento clásico: la inhibición latente. Si te gusta este tema, no dudes en consultar nuestro Máster en Atención al Alumnado con Necesidades Educativas Especiales en Escuelas Infantiles.
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¿Qué es la inhibición latente?
Durante todo el día, nuestra mente recibe millones de estímulos que proceden de nuestro entorno. Los cantos de los pájaros, el sonido del viento, los automóviles… Si parasemos atención y procesáramos conscientemente todos ellos acabaríamos perdiendo la cabeza. Por ello, nuestro cerebro utiliza una herramienta muy poderosa: la inhibición latente. Se trata de un proceso de nuestro subconsciente que filtra todos aquellos estímulos familiares.
La teoría de la inhibición latente dice que un sujeto estará más condicionado por un estímulo que no conoce frente a uno que le sea familiar. Dicho de otro modo, se trata de un filtrado automático de datos que nuestra psique “elimina” de nuestra mente consiente. Es información del exterior que no le damos la mínima importancia, simplemente están ahí.
Hay muchos ejemplos de estímulos que nos llegan por los cinco sentidos que pasan desapercibidos ante nosotros al sernos familiares. Una persona que lleva mucho tiempo llevando lentes, no se fijará en ellas. ¿O sabías que nuestra nariz es perfectamente visible para nosotros, pero nuestro cerebro la elimina sistemáticamente?
Origen del fenómeno de la inhibición latente
Uno de los estudios más reiterativos en psicología es entender los mecanismos que construyen la conducta del ser humano. Por ello, muchos investigadores se han dedicado ha identificar las leyes básicas que permiten, a los humanos, establecer y aprender asociaciones con los estímulos recibidos. Por ello, el paradigma experimental de la inhibición latente ha sido tradicionalmente utilizado para la investigación del aprendizaje.
La inhibición latente se describe por primera vez en 1959 por Lubow y Moore. Lo denominaron como un fenómeno básico del aprendizaje asociativo, definido como la dificultad de aprender la asociación de dos estímulos cuando uno de ellos ya ha sido experimentado aisladamente.
Ventaja evolutiva
Este fenómeno ha sido demostrado en una gran variedad de especies animales. Es por ello que dotan a este fenómeno un significado biológico, además de una gran importancia adaptativa ya que proporciona una ventaja a los predecesores de cada especie.
La inhibición latente selecciona los estímulos novedosos, rechazando aquellos que no han tenido consecuencias en el pasado. Gracias a ello permite un aprendizaje más rápido y más eficaz.
Este fenómeno no solo afecta al estudio de la conducta y el aprendizaje humano, ya que se ve afectado en algunas patologías psicológicas. Las personas que padecen esquizofrenia carecen de inhibición latente, por ello la no ocurrencia de este fenómeno podría indicar un fallo cognitivo.
Distintos niveles
Las personas con altos niveles de este fenómeno acostumbran a olvidar estímulos e información irrelevantes. Pero hay personas que no tienen desarrollado de la misma forma este mecanismo y tienen los niveles bajos. Esto puede tener complicaciones, como hemos dicho anteriormente, podría indicar un fallo a nivel cognitivo.
La mente de gente con los niveles bajos archiva y estudian todos los estímulos, por pequeños que sean. Esto puede ser imposible de manejar y puede ser muy peligroso si no se intenta tratar a tiempo.